sábado, 20 de septiembre de 2008

La importancia del Souvenir


La mayoría de nosotros cuando vamos de viaje acostumbramos regresar con alguna pieza de “recuerdo”. Entre los “recuerditos” que conmemoran el viaje podemos encontrar de muchos tipos. Están aquellos que supuestamente son gratuitos y nosotros de una manera agradecida tomamos del hotel, como son los jabones, shampoo, crema humectante y hasta he sabido de algunos que consideran las toallas también como artículos-obsequio que da el hotel a sus huéspedes. Por otro lado, también podemos encontrar aquellos que nos recuerdan de algún evento al cual asistimos.
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Conservamos así boletos de avión, camión, de algún tour por la ciudad, conciertos, visitas al museo, y yo confieso alguna vez haber guardado boletitos del metro. Los guardamos celosamente, aunque muchas veces son trozados por el descuidado guardia de la entrada, que ni idea tenía que queríamos conservarlo de recuerdo. Existen también aquellos souvenirs que uno mismo puede fabricar. En estos entran las famosas conchitas que recolectamos cuando vamos a la playa y que como no tenemos la precaución de lavarlas, el aroma que despiden unos días después también funciona de recuerdo, aunque no muy grato.
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Están las fotografías que nos tomamos frente a todo tipo de monumentos y paisajes, y sin darnos cuenta, terminamos con un álbum fotográfico de una persona parada en la misma posición pero en diferentes locaciones. Existe además otro tipo de souvenir que es el que especialmente llama mi atención, estoy hablando del souvenir o “recuerdito” que por lo general compramos. Entre estos hay por lo general repeticiones en miniatura de aquello que encontramos en el lugar visitado. Así, es común ver por ahí monumentos como la Torre Eiffel, el Coliseo romano, el Empire State, Pirámides mayas, iglesias y catedrales como es el caso de la Catedral de Durango. Este tipo de souvenirs son los que acostumbramos a llevar de regalo a aquellos que no nos acompañaron en el viaje, y cuando los regalamos, les estamos comunicando principalmente una cosa: “mira lo que puedes encontrar en el lugar que visité”.
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El souvenir entonces sirve como una tarjeta de presentación, una postal, un pequeño pedacito que nos llevamos con nosotros del lugar visitado. “Mira el color de la arena de la playa a la que fui”, regalamos una botellita llena de arena con la leyenda: “Cancún”. Desde esta perspectiva comunicacional, me preocupa un poco el caso del souvenir de alacrán de Durango. Todos estamos muy orgullos de dicho arácnido, pero no creo que sea la mejor herramienta para promover el turismo: “mira lo que vas a encontrar si vas a Durango”. Está demás decir que el alacrán no tiene los mejores dotes de belleza de todos los insectos, pero además, está el hecho de que tiene un veneno que es mortal. “Si vistas Durango peligra tu salud”.
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Tal vez estoy exagerando, pero no cabe duda que si vamos por toda la republica mexicana regalando alacranes orgullosamente, nuestros familiares y amigos lo pensarían dos veces antes de venir a Durango. Esto es debido a que les estamos llevando en un cenicero, ó llavero, evidencia irrefutable de lo que pueden encontrar en esta ciudad. Tal vez para promover el turismo sería más conveniente regalar pasta de almendra, comunicando que en Durango la gente es “dulce”, un poco de mezcal de Nombre de Dios ó de licor de membrillo, comunicando que se conservan recetas caseras y que se celebran las tradiciones, e incluso regalar un poco de queso menonita, comunicando que en nuestra entidad hay una diversidad de culturas. Fotos de la sierra, del desierto, de las locaciones de cine, de cualquier cosa que invite a las personas a venir, será mejor que asustarlos. Así que para nuestro próximo viaje, no hay que olvidar llevar algo más que un alacrán.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que onda w jajaja no habia pensado en eso del alacran, y si estaria mejor la botellita de mezcal para recordar las epicas batallas libradas aqui por cierta de legion de guerreros descendientes de un linaje puro con excepciones como el guerrero rosa XD jajajaj bueno w cuidese ahi estamos en contacto

Efra dijo...

...a parte de que al rato nos vamos a acabar los alacranes, y ya ni eso vamos a poder regalar.